sábado, 27 de noviembre de 2010

Los secretos de los números y Pitágoras

TRIÁNGULO DIVINO



El Triángulo Divino o Triangulo de Pitágoras, todos hemos sentido alguna vez esta expresión, cuyo enunciado de este teorema es: “el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de sus catetos”.
La geometría constituye el instrumento visual que nos permite descubrir la información necesaria para conocernos tal como dice la conocida máxima: “Conócete a ti mismo”.
El plano de esta geometría está definida por el triángulo de las tres partes del ser (mente, alma, espíritu), al que se añade el cuadrado del cuerpo físico y la material.



Pitágoras nació en el año 582 A.C., en la isla griega de Samos, en el mar Egeo. Durante su juventud abandonó su hogar y se trasladó a Egipto, donde fue iniciado en ciertas doctrinas matemáticas.
Se cree también que estudió con Zoroastro, el sabio persa, y que aprendió la Cábala en Judea. La ciencia de los números que enseño más tarde estaba fundamentada en estos principios cabalísticos.
Finalmente se estableció en Crotona, al sur de Italia, dónde abrió una escuela para enseñar los misterios pitagóricos. Pero antes de de introducir a los estudiantes en estos misterios, les exigía conocer cuatro ciencias: aritméticas, música, astronomía y geometría. Platón fue un seguidor de Pitágoras a él le debemos la mayoría de los datos que disponemos sobre la escuela Pitagórica.
Pitágoras descubrió la significación mística de los números, advirtiendo que los dígitos del 1 al 9 representaban los principios universales en el plano macro cósmico. Pero a nivel personal, o sea, en el plano del microcosmo representaban las características y las facultades del individuo, así como los acontecimientos de su vida.



Los comienzos de la numerología se pierden en la noche de los tiempos. Existen escritos que la mencionan en casi todas las civilizaciones antiguas, y se sabe que su paso al mundo occidental se debe al gran matemático y filósofo griego Pitágoras que vivió en el siglo VI A.D. Sabemos además que Pitágoras hizo muchos viajes a Oriente en busca del Conocimiento Superior, y que a su regreso fundó numerosas hermandades entre las que, entre otras disciplinas se enseñaba la numerología en relación al comportamiento y las vivencias humanas.
El hombre posee y ha transmitido a través de los siglos conocimientos que han sobrepasado su estadio de evolución; conocimientos que aun hoy no esta a nuestro alcance por las ciencias que conocemos, y que posiblemente le fueron entregados en el comienzo de los tiempos para ayudarle en su evolución. ¿Cómo y por quienes? Estas son preguntas sin respuesta que nos hemos hecho desde siempre y que nos llevan a la más grande incógnita de todas
Es cierto que la Humanidad ha avanzado espectacular mente en todos los sentidos, pero sus conocimientos metafísicos siguen siendo hoy casi tan rudimentarios como hace siglos, y hoy como ayer la incógnita del "porqué" y el "hacia donde" de la evolución humana siguen siendo un misterio apasionante.
Queriendo penetrar el misterio buscamos respuestas porque hoy, y cada día mas, el Hombre necesita conocerse a sí mismo y su vinculación con el Plan Universal, y las Para ciencias nos acercan a la verdad.
Astrología, Quirología, Numerología, Tarot, etc. todas llegan a las mismas conclusiones cuando son interpretadas por profesionales competentes, aunque cada uno tenga su propio lenguaje.
Sin embargo la numerología va más allá aun, porque aparte de posibilitar una lectura de carácter y personalidad increíblemente exacta, nos enseña a usar las vibraciones numéricas para cambiar los aspectos más conflictivos de nuestra personalidad y nuestro destino de acuerdo a las vibraciones que aparecen en nuestro cuadro numerológico. Nos enseña a actuar en los momentos más apropiados para aprovechar las vibraciones positivas, y a moderar nuestras actividades cuando las vibraciones no son propicias. En otras palabras, nos enseña a sintonizar nuestras vibraciones con el ritmo cósmico, y a vibrar en armonía con el Infinito.
El símbolo de los números aparece tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y los textos bíblicos de Ezra, Excequiel y Enoch contienen revelaciones sobre el Conocimiento Secreto y el significado místico de los números y las letras.
El Talmud, recopilación del derecho hebreo, que contiene los preceptos y la doctrina de la tradición fue escrito con los 22 signos del alfabeto hebreo, que corresponden a la vez los 22 números, y la Cábala que recopila la filosofía religiosa judía (que surgió posiblemente en Babilonia en el siglo VI) tuvo gran influencia en la literatura judía y cristiana de la Edad Media.
La Cábala se consideraba como una interpretación mística de las Escrituras, basada en la idea de que cada letra y cada número tienen un significado oculto. La expresión más importante de la Cábala fue el Zohar, aparecido a fines del siglo XIII en España y que desde siempre se ha asociado a la información secreta recibida en forma simbólica.

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