sábado, 27 de noviembre de 2010

Los secretos de los números y Pitágoras

TRIÁNGULO DIVINO



El Triángulo Divino o Triangulo de Pitágoras, todos hemos sentido alguna vez esta expresión, cuyo enunciado de este teorema es: “el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de sus catetos”.
La geometría constituye el instrumento visual que nos permite descubrir la información necesaria para conocernos tal como dice la conocida máxima: “Conócete a ti mismo”.
El plano de esta geometría está definida por el triángulo de las tres partes del ser (mente, alma, espíritu), al que se añade el cuadrado del cuerpo físico y la material.



Pitágoras nació en el año 582 A.C., en la isla griega de Samos, en el mar Egeo. Durante su juventud abandonó su hogar y se trasladó a Egipto, donde fue iniciado en ciertas doctrinas matemáticas.
Se cree también que estudió con Zoroastro, el sabio persa, y que aprendió la Cábala en Judea. La ciencia de los números que enseño más tarde estaba fundamentada en estos principios cabalísticos.
Finalmente se estableció en Crotona, al sur de Italia, dónde abrió una escuela para enseñar los misterios pitagóricos. Pero antes de de introducir a los estudiantes en estos misterios, les exigía conocer cuatro ciencias: aritméticas, música, astronomía y geometría. Platón fue un seguidor de Pitágoras a él le debemos la mayoría de los datos que disponemos sobre la escuela Pitagórica.
Pitágoras descubrió la significación mística de los números, advirtiendo que los dígitos del 1 al 9 representaban los principios universales en el plano macro cósmico. Pero a nivel personal, o sea, en el plano del microcosmo representaban las características y las facultades del individuo, así como los acontecimientos de su vida.



Los comienzos de la numerología se pierden en la noche de los tiempos. Existen escritos que la mencionan en casi todas las civilizaciones antiguas, y se sabe que su paso al mundo occidental se debe al gran matemático y filósofo griego Pitágoras que vivió en el siglo VI A.D. Sabemos además que Pitágoras hizo muchos viajes a Oriente en busca del Conocimiento Superior, y que a su regreso fundó numerosas hermandades entre las que, entre otras disciplinas se enseñaba la numerología en relación al comportamiento y las vivencias humanas.
El hombre posee y ha transmitido a través de los siglos conocimientos que han sobrepasado su estadio de evolución; conocimientos que aun hoy no esta a nuestro alcance por las ciencias que conocemos, y que posiblemente le fueron entregados en el comienzo de los tiempos para ayudarle en su evolución. ¿Cómo y por quienes? Estas son preguntas sin respuesta que nos hemos hecho desde siempre y que nos llevan a la más grande incógnita de todas
Es cierto que la Humanidad ha avanzado espectacular mente en todos los sentidos, pero sus conocimientos metafísicos siguen siendo hoy casi tan rudimentarios como hace siglos, y hoy como ayer la incógnita del "porqué" y el "hacia donde" de la evolución humana siguen siendo un misterio apasionante.
Queriendo penetrar el misterio buscamos respuestas porque hoy, y cada día mas, el Hombre necesita conocerse a sí mismo y su vinculación con el Plan Universal, y las Para ciencias nos acercan a la verdad.
Astrología, Quirología, Numerología, Tarot, etc. todas llegan a las mismas conclusiones cuando son interpretadas por profesionales competentes, aunque cada uno tenga su propio lenguaje.
Sin embargo la numerología va más allá aun, porque aparte de posibilitar una lectura de carácter y personalidad increíblemente exacta, nos enseña a usar las vibraciones numéricas para cambiar los aspectos más conflictivos de nuestra personalidad y nuestro destino de acuerdo a las vibraciones que aparecen en nuestro cuadro numerológico. Nos enseña a actuar en los momentos más apropiados para aprovechar las vibraciones positivas, y a moderar nuestras actividades cuando las vibraciones no son propicias. En otras palabras, nos enseña a sintonizar nuestras vibraciones con el ritmo cósmico, y a vibrar en armonía con el Infinito.
El símbolo de los números aparece tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y los textos bíblicos de Ezra, Excequiel y Enoch contienen revelaciones sobre el Conocimiento Secreto y el significado místico de los números y las letras.
El Talmud, recopilación del derecho hebreo, que contiene los preceptos y la doctrina de la tradición fue escrito con los 22 signos del alfabeto hebreo, que corresponden a la vez los 22 números, y la Cábala que recopila la filosofía religiosa judía (que surgió posiblemente en Babilonia en el siglo VI) tuvo gran influencia en la literatura judía y cristiana de la Edad Media.
La Cábala se consideraba como una interpretación mística de las Escrituras, basada en la idea de que cada letra y cada número tienen un significado oculto. La expresión más importante de la Cábala fue el Zohar, aparecido a fines del siglo XIII en España y que desde siempre se ha asociado a la información secreta recibida en forma simbólica.

TIPOS DE ENEAGRAMAS

El Eneagrama: Tipos


Tipo Uno


Personas que comparan la realidad con un conjunto de normas o estándares. Pueden ser objetivos, equilibrados y moralmente heroicos o represivos, críticos, y perfeccionistas.
Los Unos tienen una tendencia muy acentuada de manera inconsciente para comparar la realidad con lo que esta debería de ser. Usualmente tienen un conjunto de normas o ideales con los que se miden y con los que comparan el comportamiento de los demás y del mundo a su alrededor.
Estos ideales difieren de persona a persona. Algunos podrían preocuparse por las normas espirituales mientras que otros se enfocan en los buenos modales. Otros podrían ser los reformadores sociales y en otros simplemente se manifiesta como el deseo de vivir vidas correctas o justas y mejorar en las labores que desempeñan.
En su aspecto Sano, son especialistas en la percepción moral exacta y la evaluación objetiva. Mucho más que otros estilos en el eneagrama, los Unos pueden ser éticamente discernidores, desapasionados y justos. Pueden ser tanto excelentes sacerdotes y jueces como críticos sociales constructivos.
Pueden ser generosos y moralmente heroicos, podrían sacrificarse personalmente en aras de un ideal. Si tienen una causa o una misión, trabajarán enérgica y responsablemente para cumplirla.
Valoran la ética y la integridad por sobre la conveniencia, ganancia o las soluciones facilistas. Las personas con este estilo a menudo despliegan un perfeccionismo equilibrado y alegre que armonizan con el perdón y la compasión.
Poseen una gran capacidad para la sensatez y la moderación. Son personas de principios fuertes y de mucha energía orientadas a la acción. Prestan atención al significado de los actos. Buscan las verdades eternas y confían en ellas. Son visionarios con miras claras de lo correcto y el modo de alcanzarlo.
Cuando los Unos son menos sanos, su preocupación con los principios y los altos ideales degenera en una preocupación más mundana por las reglas y las normas. De forma tal que pueden iniciar cruzadas por una causa que tiene, sin embargo, más promoción del ego de lo que ellos mismos se dan cuenta. Confunden la moralidad con el moralismo y el discernimiento con el juicio.
Los Unos menos sanos podrían sacrificarse para mantener las reglas, pero inconscientemente resentirse. Pueden ponerse críticos o enfadados cuando su celo de reformas no es compartido por el mundo en general. Podrían trabajar aun muy duramente y sostener normas estrictas de conducta, pero su discurso puede tornarse punzante por sus ácidos comentarios, dado que su irritación los atraviesa sin que lo noten. Su calma y perspectiva ética, puede denigrar en un pensamiento polar o dual —o proposiciones de ni esto ni lo otro tampoco, dilemas de bueno o malo que reducen las situaciones complejas a simples opciones de blanco y negro.
El esfuerzo de un Uno por ser bueno es una empresa muy tensa, a la vez que lo lleva a menudo a la conducta rígida, la exigencia y la preocupación obsesiva. Muchos luchan con sus deseos, sobre todo los malos. Éstos son a menudo de naturaleza sensual, todo lo contrario de lo que cualquier Uno considera una conducta buena y virtuosa
Los problemas sociales pueden surgir porque los Unos tienen problemas para saber cuando están enfadados y no comprenden cuanto de irritados y represivos suenan a los demás. Cuando se sienten inseguros o criticados, la reacción defensiva de un Uno es comenzar a Juzgar. Sencillamente no aceptan la realidad tal cual es y no esperan que usted lo haga.
Cualquier cosa que desaprueban de sí mismos lo condenan en los demás. No pueden permitirse actuar mal pero eso no significa que no lo deseen. Los Unos en este estado tienden a negar o contener sus deseos y entonces los proyectan al exterior.
Así un Uno podría ver una invitación para nadar en un día de verano y de repente empezar a hablar sobre los males de la pereza y los trajes de baño tan pequeños que la gente usa hoy día. Los Uno transfieren su deseo sensual de nadar hacia el ambiente y entonces incriminan al deseo.
Las personas muy enfermas con este estilo pueden crecer obsesivas, paranoicas y celosas. Pueden ser crueles y persecutorias al servicio de la bondad. Malsanos pueden ser moralmente vanos e hipócritas, así como obsesionados con cumplir proyectos y misiones enfermizamente concebidas. Muchas formas de fundamentalismos religiosos e ideológicos se disparan a través de este espíritu de enferma Unosedad.

Tipo  Dos


Personas que ven el mundo de forma interpersonal y se definen a través del servicio a otros. Pueden ser generosos, amorosos y entregados o dependientes, orgullosos y hostiles.
En la organización del Eneagrama, Dos, Tres y Cuatros conforman un trío emocional, en él comparten tendencias básicas y puntos de vista generales. La gente dentro de este trío de estilos puede experimentar una clase de confusión permanente sobre sus identidades, confundiendo quiénes son con los papeles que desempeñan y las imágenes de lo que aparentan ser.
En alguna medida, todos los estilos de personalidad hacen esto pero son los Dos, los Tres y los Cuatros quienes están más propensos a confundir el parecer con el ser. Las personas de este trío tienden a rechazar cómo se sienten de verdad, en favor de cómo se supone deben sentirse según los roles que estén ejecutando. La gente con estos estilos es propensa a los conflictos en las relaciones y las materias del corazón.
De todo el Eneagrama, los Dos son el estilo más puramente interpersonal. Son muy inclinados a concebir la vida como una forma básica de dar-y-tomar entre las personas, relacionando a todos los seres humanos como miembros de una inmensa familia. Desde este punto de vista: dar amor se convierte en la cosa más importante que un Dos puede hacer.
Las personas con este estilo tienen una capacidad bastante desarrollada para identificarse emocionalmente con las necesidades de otros. Tienen un hábito fuertemente inconsciente de volcarse hacia otras personas e intuitivamente adivinar lo que podrían estar sintiendo o necesitando. Los Dos sanos practican este hábito voluntariamente; se identifican de buena gana con alguien más antes de dar su propio punto de vista. Pueden encargarse de las necesidades ajenas, mientras continúan valorando su propia verdad emocional, y atienden con eficacia sus propias necesidades. La frase "se presta a otros pero se da a sí mismo" describe lo que los Dos hacen en estado sano.
En su mejor momento, los Dos son capaces de verdaderamente amarse y entregarse y tienen habilidades ministeriales excepcionales. Las biografías de algunos santos retratan a los Dos dedicados a liberar del sufrimiento tanto material como espiritual. Haya tenido o no éxito, la intención clásica del cristianismo es fundamentalmente Dos.
Cuando los Dos están en un nivel menos sano, siguen invirtiendo su atención sobre los demás, pero ahora se olvidan de regresar a su propia posición. Comienzan a reprimir sus propias necesidades y a concentrar sus energías en cuidar de otros lo necesiten ellos o no. Ahora se sobre-identifican con los demás perdiendo a la par su sentido de sí mismos y se entregan compulsivamente con la esperanza de ser reconocidos, apreciados y amados. Por medio de otras personas, los Dos intentan darse a ellos mismos, satisfacer necesidades que antes han rechazado en ellos mismos y ahora han re-localizado en otros. Los Dos en esta fase pueden comenzar también a temer ser abandonados y quedarse solos.
Los Dos malsanos utilizan la adulación, manipulación y seducción para conseguir que los demás reaccionen y los definan; obtener una sensación de ser a través de la mirada ajena. La necesidad del Dos de dar es tan fuerte que se vuelve egoísta y lo que se da lleva impresa una etiqueta invisible del precio a pagar. A menudo es un alto precio a pagar como Dos, el compensarse por haber perdido su yo real, y comenzar a inflar y exagerar la importancia de lo que dan a otros. Esta exagerada auto-importancia se conoce de otra manera como orgullo, y cuando los Dos están muy enfermos, el orgullo se vuelve su rasgo más llamativo y característico.
No es raro entonces, que los Dos forcejeen o se opongan en las relaciones, dado que es muy importante para ellos conocer sus verdaderos sentimientos y motivaciones para poder relacionarse honestamente con otros. Cuando los Dos están profundamente enfermos, generalmente se engañan por completo sobre sus motivaciones. Reemplazan sus sentimientos reales de desesperación egoísta y agresión con la imagen de un mártir altruista a quien se le deben grandes sumas por sus maravillosos esfuerzos. Lo que confunde y enloquece a los demás sobre los Dos enfermos es la manera como empaquetan lo que sienten como hostilidad y lo presentan como si fuera amor.
El lado mas alto de este estilo es de hecho muy elevado, mientras que la expresión más baja puede ser violentamente destructiva. La forma de acercarse furtivamente al objeto de su amor que va con el lado enfermo de este estilo es similar a la metáfora del vampiro que vive de la sangre de otros.

Tipo Tres

Personas que se miden por el logro externo y los papeles que desempeñan. Pueden ser veraces, realizados y sinceros o convenencieros, competitivos y falsos.
Los Tres se identifican menos con los papeles de utilidad interpersonal y más con las imágenes del éxito y la productividad. Suelen esperar ser amados más que por lo que son, por lo que hacen. Están emocionalmente confundidos por una realización aparente que se opone a una auténtica realización de sus sí mismos internos de poca perfección. Los Tres menos sanos tienden a desconectar sus sentimientos más profundos en favor de las apariencias externas. Niegan sus imperfecciones y presentan una imagen pública que el mundo encontrará favorable. Esta imagen justamente es el reverso de quién los Tres en secreto temen podrían ser.
Los Tres en su mejor aspecto están genuinamente dotados y practican un credo de excelencia y profesionalismo. Son excepcionalmente hábiles para establecer y cumplir metas y por regla general dominan muchas destrezas en el mundo. Aprenden rápido, forman buenos lideres y normalmente les va bien en ocupaciones socialmente establecidas como de alto perfil, donde el desempeño se mide por resultados. La mayoría son organizados, flexibles y laboriosos. Cuando sanos, por lo general conforman excelentes modelos a imitar y maestros talentosos de cualesquier habilidad que dominan. También pueden mostrar una capacidad a veces asombrosa para la toma de acción efectiva y eficiente. Son especialmente buenos en multi-tareas, haciendo muchas cosas a la vez.
Los Tres saludable pueden ser enérgicos y alegres, con un ojo positivo al futuro; seguros de sí mismos y abiertos a los desafíos. Sus acciones a menudo son gobernadas por un sentido del honor y valoran la familia y la amistad además del trabajo. Los Tres a veces llegan a estas prioridades después de una lucha con la conveniencia moral y una búsqueda consciente de los valores significativos.Cuando los Tres son menos sanos, su estrategia de ser exitosos y bien redondeados da paso a un deseo de parecer que lo son y así comienzan a cortar esquinas para sostener una imagen. Los Tres pueden caer rápidamente en las personificaciones y jugar un papel de sí mismos adoptando, como un camaleón, poses distintas para parecer sobresaliente en diferentes contextos. Comienzan a negar sus sentimientos personales y a identificarse cada vez más con una máscara. La mayoría de los Tres tienen un talón de Aquiles, un sentido de insuficiencia que compensan con el logro y la imitación.
Las relaciones íntimas pueden sufrir cuando los Tres desvían sus sentimientos por medio de la imagen de quienes deberían ser. Pueden presentar un personaje a los amigos o compañeros, ocultando un profundo sentido de defecto y, en cambio, ofrecer una máscara que sea del agrado de otros. La conveniencia y la eficacia se convierten en lo más importante y un Tres enfermo puede empezar a disfrutar el sentimiento del no-sentimiento. Pueden concebirse como maquinas de alto rendimiento cuyo propósito es correr de tarea en tarea, asegurando los resultados antes de llegar a la nueva línea de meta. No es raro para los Tres hablar con metáforas deportivas y creer que la vida es sólo un juego: un juego que se juega para ganar.
Para ganar, se espolean arduamente, convirtiéndose en una excesiva forma de ser hiperactivos y usando sus relaciones principalmente como trampolines para su beneficio profesional. Su, una vez sana flexibilidad, degenera en cálculo arrogante y estratagema amoral. Los Tres operan cómodamente en ocupaciones dónde la apariencia y la persuasión son importantes --relaciones públicas, ventas, publicistas— y a menudo se convierten ellos mismos en un artículo más a comercializar.
Para el Tres muy enfermo ganar se convierte en lo único que existe. Y su mascara de Tres puede eclipsar por completo su alma. Pueden ser amorales, Maquiavélicos, despiadados, mañosos y plagiarios. Empiezan a creerse sus propias mentiras y a entrampar a las personas sin conciencia alguna de ello. Su objetivo es mantener una ilusión de superioridad de la cual derivan un sentido vindicativo de triunfo. Quienquiera que en su vida haya sido deliberada y maliciosamente engañado ha sentido la picadura de esta actitud.

Tipo Cuatro

Personas que viven principalmente en su imaginación y sentimientos. Pueden ser artísticos, vinculados e inspiradores o quejumbrosos, elitistas y negativos.
Al igual que los Unos, los Cuatros comparan la realidad con aquello que podría ser. Pero, mientras los Unos tienden buscar su imperfección e intentan corregir lo que está equivocado, los Cuatros a menudo se tuercen fuera de la realidad y viven en sus imaginaciones, sentimientos y humores.
Junto a los Dos y los Tres, los Cuatros gravitan entre la vanidad y la confusión de imagen pero paradójicamente pueden expresarlo . Los Cuatros en mayor medida se identifican con una imagen de ser defectuosos, sobre todo si esto les confiere una calidad de originalidad o especial singularidad. Un Cuatro fuerza, por ejemplo, lamenta su incapacidad para tener éxito en el mundo cotidiano, pero esta queja podría llevar una calidad sutil de presunción. Los Cuatro podrían tener una auto-imagen que es románticamente trágica pero al mismo tiempo elitista.
Los Cuatros sanos tienden a ser idealistas, tener buen gusto y son grandes apreciadores de la belleza. Filtran la realidad a través de una subjetividad rica, sutil y son muy buenos con el pensamiento metafórico, la capacidad de generar conexiones entre hechos y acontecimientos no relacionados. La tendencia Cuatro de ver las cosas simbólicamente se refuerza por su intensidad emocional. Esto crea materia prima artística que pugna por tomar forma. La auto-expresión y la búsqueda del conocimiento de sí mismo son las prioridades más elevadas para las personas con este estilo.
Los Cuatros practican naturalmente la sinestesia, una mezcla crónica de sensaciones que los conducen a intensas reacciones multiniveles. Un Cuatro ingresando a una nueva situación podría ver algo que dispara una imagen mental que, a su vez, evoca un sentimiento que le recuerda entonces una canción; que activa más imágenes que despiertan más olores, sabores, sentimientos y así sucesivamente. Los humores y sentimientos del Cuatro pueden correr juntos como una acuarela bajo la lluvia, produciendo una calidoscópica mezcla de impresiones en reacción a los eventos inclusive más insignificantes.
Los Cuatros valoran la estética de la belleza lo mismo que se armonizan con la naturaleza trágica de la existencia. Cuando sanos, las personas con este estilo trabajan para transmutar el dolor de la vida en algo significativo, a través del trabajo creativo en todas sus expresiones. Los Cuatros son diestros en articular la experiencia subjetiva y pueden ser finos maestros o psicoterapeutas. También pueden ser amigos empáticos de los malos tiempos, capaces de entender los dilemas de otros y sobre todo dispuestos a escuchar al dolor de un amigo.
Debido a la fuerza de sus imaginaciones emocionales, las personas con este estilo a menudo son descritas como artísticas. Muchos de los más grandes artistas del mundo han sido Cuatros y, casi todas las personas con este estilo necesitan encontrar salidas creativas. Los Cuatros trabajan en todo tipo de actividades, pero, siempre que pueden, intentan hacer su trabajo creativamente interesante. La riqueza sensitiva del Cuatro es como la materia prima de la creatividad. Los Cuatros sanos encuentran salidas creativas que les permiten expresar su intensa vida interna.
Cuando los Cuatros son menos sanos, comienzan a enfocarse en lo que no está disponible o que falta en sus vidas. Pueden volverse negativos y críticos, encontrándose incompletos con lo que tienen, viendo en lo presente principalmente la miseria. Se vuelven introvertidos y usan su imaginación para idealizar otros tiempos y lugares. Puede vivir en el pasado, el futuro —o cualquier lugar que parezca más atractivo que aquí y ahora. Los Cuatros tienden a envidiar cualquier cosa que no tienen, encarnando el dicho "el pasto siempre es más verde del otro lado."
La necesidad por ser vistos como alguien especial y único puede también volverse más neuróticamente pronunciada. Los Cuatros pueden parecer muy en contacto con sus sentimientos, pero, cuando enfermos, traducen su sentir auténtico en el melodrama. Pueden estar llenos de lamento y nostalgia, exigiendo reconocimiento a la vez que rechazan todo lo bueno que reciben de sus amistades. Podrían también crecer competitivos y rencorosos, incapaces para disfrutar sus propios éxitos sin desligarse de los logros ajenos.
Los Cuatros enfermos pueden estar malhumorados o extremadamente sensibles actuando al margen de las reglas cotidianas. Sostenidos por su sentido de originalidad defectuosa, podrían permitirse actuar incorrectamente, ser egoístas o irresponsables. Pueden negarse a tratar con lo mundano y lo ordinario, inconscientemente razonando que de cualquier forma no son de este mundo. Los Cuatros en esta fase se inclinan a sentirse culpables, avergonzados, melancólicos, celosos e indignos.
Los Cuatros profundamente enfermos puede habitar un penetrante mundo de tormento. Pueden ser abiertamente masoquistas y extravagantes en su auto-desvaloración. Las vidas de artistas espectacularmente autodestructivos a menudo reflejan este tipo de guión. En esta fase un Cuatro podría alienarse inalcanzablemente. Heridos por un sentido profundo de desesperación, pueden hundirse en su auto-aborrecimiento mórbido o deprimirse suicidamente. Ven su singularidad en condiciones completamente negativas y se destierran en un tipo de exilio. El deseo de castigarse a sí mismos y a los demás es fuerte y decidido.

Tipo Cinco

Personas que se retiran del mundo y viven en sus mentes. Pueden ser sabios, inteligentes y versados o abstractos, avaros y esquizoides.
Los Cincos, Seis y Sietes comparten un trasfondo común de miedo y forman otro trío. A diferencia de los Dos, Tres y Cuatros, los Cincos, Seis y Sietes no se confunden acerca de quiénes son ni cómo se sienten. Ellos, en lugar de eso, tienden a anticipar de manera inconsciente los peligros de la vida, y es habitual en ellos que reaccionen desde el fundamento emocional del miedo. Los Cincos, Seises y Sietes generalmente son pensadores quienes viven más en sus cabezas que en sus cuerpos. Se esfuerzan por tomar acción, afirmando sus voluntades y manejando la energía.
Los miedos del Cinco son específicamente sociales; las personas con este estilo habitualmente se mantienen en guardia contra ser invadidos o engullidos por otros. Este es el estilo más explícitamente antisocial del Eneagrama. Cuando los Cinco están a la defensiva, pueden retirarse y ponerse hostiles como una forma de manejar su hipersensibilidad a los demás. Generalmente temen las relaciones íntimas dado que estas pueden conducirlos a sentirse agobiados, sofocados o engentados.
Los Cincos viven en sus mentes, en contraste con los Cuatros que habitan sus imaginaciones emocionales. Las personas con este estilo tiene capacidades bien desarrolladas para analizar y sintetizar el conocimiento. Pueden ser perceptivos, sabios y objetivos, capaces de quedarse centrados y analíticos cuando alrededor suyo otros están desconcertados o aterrados.
Los Cincos en su mejor estado normalmente mantienen un equilibrio entre actuar recíprocamente con el mundo y retirarse de él. Este estilo se asocia con frecuencia con la sabiduría y, a veces, al genio intelectual. Los Cincos sanos de manera activa ofrecen al mundo el fruto de su conocimiento, a menudo a través de la enseñanza y la escritura. Pero, sea lo que sea que realicen, los Cincos sanos buscan que su talento para aumentar conocimiento cuente para algo más allá de ellos. Los Cincos pueden ser idealistas y a veces contribuir valientemente al bienestar social.
Las personas sanas con este estilo también practican lo que los Budistas llaman el no-apego, una actitud caracterizada por una mezcla igual de desapego y compasión. Dentro de esta postura los Cincos puede jugar el juego de la vida sin apegarse demasiado a los resultados y, como amigos, pueden estar capacitados para entender tu punto de vista tanto como el suyo. Son simpáticos y de buen corazón lo mismo que capaces de ver los eventos desde una perspectiva distante y evitar ponerse personalmente perturbados.
Cuando los Cincos son menos sanos, caen del no-apego en la disociación, el estado interno de separarse de los sentimientos. Pueden estar hiper-conscientes de las demandas del mundo, y aun así responder pasivamente retirándose. La mayoría de la gente externa ve la capacidad del Cinco de retirarse como un tipo de independencia. También es una defensa; los Cinco están creando un fuerte límite antisocial para compensarse por ser demasiados sensibles en primer instancia.
Partirse a sí mismos se vuelve entonces un hábito defensivo. La idea es: Si sólo pudiera aprender a vivir con menos, podría evitar la influencia ajena. Esto los lleva a una tendencia a acumular, para salvar lo poco que tienen con la idea de necesitar lo menos posible de los demás. Los Cincos pueden acumular tiempo, dinero, espacio, tierra, información o disponibilidad emocional. No importa lo que se acumula, el patrón es el mismo; Los Cincos intentan protegerse contra la inundación apilando provisiones en alguna isla interna seca.
Los Cincos enfermos también permanecen distantes de sus propias emociones viviendo en un mundo de información e ideas. Sin embargo, cuanto más se dividen, mayormente luchan con sus sentimientos de vacío, soledad y necesidad compulsiva. Es como tratar de hablarte a ti mismo a causa de estar hambriento. En esta fase, un Cinco puede ser torpe para saber cómo se siente dado que logra alcanzar sus sentimientos sólo a través de una sucesión muy larga de pensamientos. Los Cincos enfermos rinden culto a los dioses de la razón e intentan mirar de lejos a sus propias emociones. Esto también puede convertirse en una actitud de superioridad / arrogancia hacia otras personas.r
Cuando los Cincos están muy enfermos, pueden volverse esquizoides e imprevisibles, incluso como si las partes disociadas de ellos se dieran vuelta y se expresaran. Pueden proyectar un halo ausente, vagamente asustados o pueden ser manifiestamente antisociales. Los Cincos pueden, por ejemplo, sentarse a lo largo de una fiesta y no hablar con nadie pero, más tarde, reportar haber tenido un buen momento. O podría ser que inconscientemente aparten a otros con un comentario burlón y despreciable y la agresión imprevisible. El hábito de disociarse de sus emociones puede llegar a desarrollarse tanto que los Cincos muy enfermos pueden perder contacto con la realidad, desarrollando fobias raras hacia objetos invisibles como los gérmenes, y ser propensos a las alucinaciones. Los episodios agresivos también son posibles, seguidos por explosiones de paranoia aguda.

Tipo Seis

Personas que anticipan los peligros del mundo. Cuando sanos a menudo son valerosos, fieles y eficaces. Mientras que enfermos pueden ser cobardes, masoquistas y paranoicos.

Los Seis son el estilo más explícitamente temeroso dentro del Eneagrama. Las personas con esta orientación están especialmente conscientes de los peligros de la vida y alertas a los riesgos que pueden acechar bajo las apariencias cotidianas.
Hay dos tipos de Seis: Fóbico y Contrafóbico. Sus reacciones al experimentar temor son externamente tan contrarias que parecerían estilos diferentes dentro del Eneagrama. Cuando los Seis fóbicos se dan cuenta del peligro, se encogen. Pueden actuar cautelosamente, dóciles o ambivalentes para evitar el potencial ataque. Cuando los Seis contrafóbicos se dan cuenta del peligro, a menudo lo provocan deliberadamente actuando de forma abierta y agresiva, deseando ocuparse del problema antes de que él se ocupe de ellos. Los Seis fóbicos puede ser encantadores, modestos y sumisos mientras que los contrafóbicos pueden parecer duros, desafiantes y pendencieros. Algunos Seis son completamente fóbicos o contrafóbicos, pero la mayoría existen a lo largo de un continuo dónde son más de lo uno que de lo otro.
Los Seis fóbicos en su mejor estado son constantes, leales e idealistas. Son obedientes pero de una manera voluntaria y dedicada. Comúnmente se encuentran comprometidos con un grupo, tradición o causa más allá de sí mismos. Cumplen sus promesas, trabajan arduamente y son amigos honorables y protectores.
Los Seis fóbicos sanos son a menudo corteses y diplomáticos. Ponen de buen humor a los demás y son bien vistos por sus discreción y principios. Son muy divertidos y tienen a menudo vivas imaginaciones. Los Seis sanos manejan el poder con la integridad y pueden ser líderes justos y dispuestos porque simpatizan con los desvalidos. Pueden afirmar su valor personal pero también quieren que dentro de su grupo otros consigan el reconocimiento. No pasan por encima de la gente y son capaces de tomar medidas impopulares en caso de ser necesario. Sin embargo, generalmente los Seis sanos trabajaran hacia soluciones que beneficien el grupo y permitan ganar a todos.
Cuando los Seis fóbicos están menos sanos, pueden volverse más ciegamente obedientes al mismo tiempo que asumen menos responsabilidad personal. Podrían delegar su poder sutilmente hacia una autoridad externa y comenzar a idealizar a aquéllos que parecen más seguro de sí mismos. Los Seis encienden un trato inconsciente con su héroe, un trato que dice: Haré lo que usted quiere que haga si me protege del peligro. Los Seis se esconden entonces bajo un paraguas imaginario, prometiendo fidelidad a esta fuerza externa, creciendo adictos a la seguridad que este arreglo parece ofrecer. La sana capacidad del Seis para la profunda lealtad es una arma de doble filo cuando están menos sanos; los Seis son a menudo leales a las personas incorrectas.
Cuando ceden su poder, los Seis fóbicos comienzan a preocuparse crónicamente y sentirse conscientemente desamparados. Para compensar, se vuelven cautos y cuidadosos, tratando de anticiparse a los motivos de los demás. Pueden intentar también controlar sus propios impulsos agresivos o fuertes, de modo que no se desvíen del papel sumiso que han estado de acuerdo en jugar. Podrían tener problema en terminar aquello que empiezan al preocuparse sobre quién criticará el producto terminado. Pueden parecer amistosos, pero en el fondo ser pasivo-agresivos o emitir mensajes contradictorios dado que su enojo los atraviesa. Los Seis fóbicos también puede ponerse nerviosos, vacilantes, escépticos, tensos, indecisos y atarse al victimismo.
Cuando están profundamente enfermos los Seis fóbicos se confunden con el miedo y abiertamente dependen de otros. Podrían entregar su vida al trabajo, volviéndose serviles esclavos de un trabajo o un jefe. Podrían actuar como débiles perdedores, impotentes y aún así demandar mimos de los amigos, tiranizando a los demás con su impotencia; poniendo estrechos y estrictos limites a lo que serían capaces de intentar o de arriesgarse. Los Seis fóbicos muy enfermos evitan los desafíos, crónicamente catastróficos pueden perseguir a aquellos que se desvían de las normas. También pueden ser pusilánimes, legalistas, pequeños, intolerantes, melodramáticos y dogmáticos.
Los Seis contrafóbicos en su mejor momento son a menudo valerosos, tomarán el tigre por la cola y jalaran de él. Pueden ser físicamente aventureros, muy experimentados y pueden tener un gusto real por vivir. Si participan de una tradición, normalmente estarán en el papel del tábano constructivo. Su misión subyacente es servir a la tradición avivándola. Se consideran jugadores del equipo que ofrecen alternativas útiles, usando lo viejo como un trampolín a lo nuevo. Con este propósito, pueden ser enérgicos, honrados, asertivos y tienen muchas y muy buenas ideas.
Si un Seis contrafóbico sano no está sirviendo a una tradición, él o ella son a menudo creativos y originales. La capacidad del Seis de mirar más allá de las apariencias y cuestionar los supuestos los conduce profundamente a un punto de vista único. La expresión artística es atractiva como una afirmación del centro de su poder y como una forma de resolver un sentido general de turbación.
Los Seis contrafóbicos menos sanos tienen a menudo una calidad afilada, inquieta. Algunos encauzan sus energías en la actividad física; disfrutan los deportes y tienden a ser más abiertamente competitivos que los Seis fóbicos. Los contrafóbicos tienden a esconder sus inseguridades con máscaras frías o duras. El meollo del desafío físico es trascender el miedo enfrentando el peligro. En lugar de estar pasivamente asustados toman los riesgos, llaman al miedo y, entonces lo golpean. Si los Seis fóbicos se entregan a la seguridad, entonces los Seis contrafóbicos se entregan a la inseguridad.
Los Seis contrafóbicos son a menudo desafiantes o rebeldes con la autoridad y habitualmente encuentran contraejemplos a cualquier cosa que otros afirman. A pesar de esta actitud, son a menudo leales obreros y muy idealistas. Pueden sentir más agudamente que otros que el mundo esta injustamente polarizado en contra suya; algunos tienen una cualidad de enfurecerse, sobre todo cuando hablan acerca de los gobiernos y las estructuras de poder. Muchos de ellos son irónicamente divertidos y buenos en la sátira. Sin embargo, estando inseguros, su humor puede morder y picar.
Cuando se encuentran profundamente enfermos, los Seis contrafóbicos pueden ser agresivos, inestables e insensatamente intransigentes. Para sofocar sus miedos internos utilizan compulsivamente la acción y son proclives a tomar decisiones incorrectas. También pueden ser estérilmente hiperactivos así como paranoicos, inculpadores, conflictivos y rencorosos. Algunos contrafóbicos aprecian sus odios y pueden ser agresivamente groseros o incluso peligrosos. Cuando enardecidos pueden adoptar un guardia de tipo mental.
Los Seis contrafóbicos profundamente enfermos generalmente actúan mucho peor que aquellas autoridades a las ellos mismos acusan de abusar del poder.

Tipo  Siete

Personas que buscan múltiples opciones y futuros positivos. Pueden ser polifacéticos, afirmadores y generosos. Enfermos pueden ser narcisistas, escapistas e insaciables.
Los Sietes son el último estilo dentro del trío que responde temerosamente a la vida. Considerando que los Cincos se retiran socialmente y los Seis se vuelven dudosos o suspicaces, los Sietes manejan sus miedos de una manera muy diferente. Las personas con este estilo tienden a suprimir y escapar de sus miedos enfocándose intencionalmente en lo positivo e imaginando planes, opciones y posibilidades. Los Sietes son re-encuadradores naturales dado que se enfocan en el lado luminoso de las cosas; hacen limonada sin limones, y se mantienen alegremente activos. El punto defensivo de esta estrategia es el de evitar el dolor interno y ser difícil de alcanzar como si fuesen un blanco móvil.
Los Sietes sanos son personas renacentistas y polifacéticas capaces de desarrollarse favorablemente en muchos ámbitos totalmente dispares entre sí. Las personas sanas con este estilo son normalmente aventureras y multi-talentosas, con un entusiasmo auténtico por la vida. Como niños, sin ser infantiles, los Sietes sanos son enormemente receptivos. La mayoría tienen una perspectiva positiva y estimulante y pueden apreciar de manera entusiasta los regalos que otorga la vida, incluso los más pequeños. Muchos poseen una amistosa mezcla de encanto y curiosidad; pudiendo ser creativos, extrovertidos, generosos con los amigos y constantemente interesados en los nuevos horizontes. Los Sietes sanos son normalmente muy elásticos y suelen regresar fortalecidos de la pérdida y la calamidad. También suelen ser leales y sensibles.
En su mejor momento, las personas con este estilo buscan compromisos de gran alcance y las más profundas satisfacciones. Con este propósito, pueden aceptar la real necesidad tanto del dolor como del compromiso en sus vidas. Aceptar la dimensión dolorosa de la vida le otorga al Siete mayor profundidad y por consiguiente refuerza su alegría. Muchos Sietes reportan que al estar dispuestos a hacer los compromisos apropiados, esto genera una estructura global dentro de la que aun pueden encontrar variedad en sus vidas.
Cuando están menos sanos, las personas con este estilo son propensas al escapismo e intentan evitar el dolor tanto en ellos como en los demás. Proyectan su poder hacia fuerzas externas que pueden confinarlos, restringirlos, deprimirlos o juzgarlos. Los Siete se auto-encarcelan dado que pueden rodearse con las personas y las circunstancias que los fijarán o obligarán, imitando lo que los Sietes les hacen a ellos. Después de crear una cárcel de expectativas y obligaciones, se sienten desvalidos, como si no tuviesen opción alguna. Para compensar, hiperflexibilizan su capacidad de elección.
Los Sietes controlan y subliman su dolor complaciendo sus apetitos. Éstos pueden ser por comida, drogas, ideas, actividad, personas, nuevas experiencias, etc. Los Sietes Enfermos devoran la vida pero no lo digieren. Buscan afuera la novedad, intentando mantenerse en alto a través de condimentar la realidad con sus imaginaciones y fantasías de lo que será. Pueden ser diletantes, impulsivos, rebeldes, impersonales, locuaces, narcisistas y codiciosos. Pueden abrigar muchos intereses pero indiscriminadamente; su conocimiento es extenso pero no profundo, más bien como un "milusos".
Muchos Sietes tienen problemas con la ejecución. Tienden a ser fuertes en comenzar la acción pero débiles en la continuación. Normalmente no les asusta iniciar un curso de acción o un nuevo proyecto. Su dificultad estriba en la aplicación diaria de tareas a largo plazo y en soportar su aburrido alargamiento.
Algunos Sietes temen el proceso. No tienen ningún sentido bien desarrollado de cómo hacer las cosas paso por paso. El pensar en poner un pie delante de otro no sólo es aburrido sino más aún: espantoso.
Bajo tensión, los Sietes también adoptan aquello que llaman encuadres "como si" dónde crean fantasías positivas sobre el futuro y pretenden que estas sean reales y estén presentes. A veces evitan las situaciones difíciles de esta manera, eliminando la necesidad de esforzarse, los riesgos del fracaso o el tener que juzgar sus acciones. La mayoría de los Sietes enfermos tienen miedo a ser inadecuados e inconscientemente se comparan con otros.
Cuando los Sietes están profundamente enfermos, la línea entre la realidad y la fantasía se pierde drásticamente. Crecen obsesionados con visones grandiosas y a menudo se inflan narcisistamente. Los Sietes muy enfermos puede rechazar completamente la responsabilidad por sus acciones y resistir todo limite realista en su conducta. Pueden ser salvajes, impacientes, caóticos, delirantes y explosivos. Las tendencias hacia las adicciones y los ciclos maníaco-depresivos se enroscan fuertemente. Puesto que nunca pueden satisfacer permanentemente sus apetitos, puede zambullirse precipitadamente en el hedonismo, buscando más que consumir. Cualquiera que se ponga en el camino de un Siete maniaco será derribado; son rotas todas las promesas hechas a los demás. Cuando muy enfermos, los Sietes atraen a las fuerzas legales hacia ellos. 
El mundo tiene que refrenar el comportamiento antisocial nacido de los deseos internos de los Sietes.

Tipo Ocho

Personas que necesitan ser fuertes y prevalecer sobre las circunstancias. Estando sanos a menudo son poderosos, protectores y comprometidos con una causa. Degradados pueden ser destructivos, desmedidos y sádicos.

Los Ochos, Nueves y Unos comparten un trasfondo general de rabia y forman otro trío. Si los Dos, Tres y Cuatros pueden confundirse sobre quiénes son y cómo se sienten y los Cincos, Seis y Sietes reaccionan temerosamente y están desconcertados al momento de tomar acción. Los Ochos, Nueves y Unos reaccionan desde un cimiento emocional de ira y tienen problemas con la apropiada concepción racional, es decir: el pensar claramente. Esta dificultad se describe a menudo como una condición de sueño mental.
Los Ochos sanos frecuentemente son dinámicos, fuertes e independientes. Demuestran la virtud del poder: cómo ejercer influencia para propósitos constructivos. Muchos Ochos son líderes naturales que inspiran a otros, protegen al débil y se esfuerzan por la justicia. Pueden usar su fuerza para sacar adelante las cosas y tienen el valor y la voluntad para poner en práctica y ejecutar nuevas ideas. Usualmente son honrados y directos, produciendo un enérgica y fresca satisfacción en cualquier cosa que realizan.
Los Ochos sanos frecuentemente son amigos leales y generosos que protegen aquello que es delicado y vulnerable en los demás. Ésta es, al mismo tiempo, una metáfora de cómo se relacionan consigo mismos. Debajo de su fuerte armadura externa se encuentra cobijada una parte de sí mismos más joven y vulnerable. Esta parte se encuentra relacionada con una inocencia de percepción que normalmente tienen los Ochos sanos. Pueden ver el mundo como por primera vez, a través de los ojos de un niño. Podrían tener un amor relacionado a lo natural y espontáneo que es una fuente de espiritualidad y evoca esta calidad inocente. Los Ochos no acorazados muy a menudo exhiben la fuerza de la gentileza: son lo suficientemente fuertes como para ser amables, lo suficientemente abiertos para poder ser tocados, lo suficientemente seguros para poder estar equivocados y lo suficientemente ricos para poder ser generosos.
Cuando los Ochos están menos sanos, su interés por el poder comienza a denigrar y a corromperse por los propios intereses. Dado que todavía se es relativamente libre de la auto-desconfianza, los Ochos empiezan a cubrir sus vulnerabilidades con agresivos despliegues de fuerza. Se sobre-identifican con ser fuertes como una forma de negar su lado tierno y sobrevivir en un mundo que consideran peligroso. También podrían tender a los excesos –quedándose despiertos hasta muy tarde, haciendo demasiadas cosas, manejando a excesiva velocidad, extraviándose de cierta forma en las adiciones para adormecer sus sentimientos más vulnerables.
Los Ochos enfermos disfrutan la confrontación e intentan hacer contacto con los demás principalmente a través de las disputas. Igualmente podrían presionar en contra de los demás para evaluar sus motivos y medir el grado de amenaza exterior. Los Ochos pueden narcisistamente inflar su presencia y parecer que ocupan mucho más espacio en un cuarto. Para proteger su parte tierna e infantil, pueden comportarse dominadores, arrogantes e insensibles. Bajo este caparazón intimidante, podrían sentirse sensibles a la traición, vulnerables al ridículo, o débiles de un cierto modo que los hace avergonzarse por ello.
La mayoría de los Ochos no comprenden realmente cuán agresivos pueden parecer. Esto es debido a que niegan defensivamente la retroalimentación, especialmente acerca de la forma como pudieron haber herido a otros. Los Ochos enfermos pueden negar los sentimientos de culpa, usualmente cubriéndolos con más agresión, pretendiendo no tener nada de que disculparse. Dentro de su mente pueden ver a las personas como caricaturas, objetos bidimensionales que pueden entonces ser aplastarlos sin conciencia.
Muy similar a los Dos, la diferencia entre las expresiones sanas de este estilo en contraste con las enfermas es extraordinariamente enorme. Los Ochos muy enfermos pueden hacer mucho daño, principalmente a los demás al servicio de mantener su imagen grandiosa de ser invulnerables. Gobierna el comportamiento de los tipos Ochos una actitud del tipo: "pego primero antes de que me den a mí". Con esta idea, pueden ser recelosos, intimidadores, vengativos, crueles y psicópatas. Muchos de los dictadores más sangrientos del mundo han sido Ochos muy enfermos, y sus brutales excesos reflejan como las personas enfermas con este estilo finalmente asesinan a su propia humanidad.

Tipo Nueve

Personas que son receptivas a su ambiente y minimizan su propia presencia. Cuando sanos a menudo son afectuosos, modestos y confiados. En su estado más bajo pueden ser tercos, perezosos y muertos de alma.
A diferencia de los Ochos que expresan directamente su ira, los Nueves encierran y taponan su enojo por debajo. Su estrategia defensiva central es auto-borrarse, mezclarse con y adecuarse al ambiente. Esta táctica requiere que los Nueves supriman sus bordes ásperos y encubran cualquier parte de ellos que pudiera parecer desagradable. La mayoría de los Nueves resienten las consecuencias de esta estrategia: la gente los pasa por alto pero igualmente manifiestan su ira de forma indirecta.
Dado que la mayoría de los Nueves han adquirido la coloración de su ambiente, hay una variedad confusa de personas con este estilo. Pueden desempeñar una amplia gama de ocupaciones y exteriormente parecer muy diferentes uno de otro. Sin embargo, lo que comparten en el fondo es una distinta tendencia a dormirse a sus necesidades internas. Cuando alguien está intentando identificar a un Nueve, lo que necesita buscar es la ausencia de algo en lugar de una calidad clara y definida que manifieste la persona.
Los Nueves a veces han sido descritos como las personas ordinarias del Eneagrama. En su estado más sano poseen una modestia personal profunda y una simplicidad elegante de pensamiento. Los Nueves sanos son uniformemente templados, estables, modestos, no-enjuiciadores y cómodos con quiénes son. A menudo tienen un punto de vista alegre como los Siete, pero viven en el presente y no el futuro.
Muchos Nueves tienen una energía tranquila enfocada sin ego que dirigen para producir cualquier cosa que sea importante para ellos. Este poder usualmente se encuentra arraigado en el amor independientemente de que piensen o no en él. La mayoría de las personas sanas con este estilo desean libremente servir a otros y administrar su mundo de modo que beneficie a aquéllos de quienes se preocupan.
Los Nueves son diplomáticos y mediadores naturales y pueden ser muy experimentados en la resolución de conflictos. Dado que buscan la paz, la unión y la armonía, generalmente les resulta sencillo encontrar puntos de acuerdo entre las partes en conflicto. De allí que un Nueve podría negociar pacientemente una empresa que se va construyendo en pequeños pasos positivos. Los Nueves sanos son suavemente dinámicos, cubiertos con un sentido altamente integrado del sí mismo y de la misión implícita. La mayoría suelen ser flexibles y capaces de reformular entorpecidas y arduas verdades en caminos útiles que de alguna manera no generen nuevas defensivas.
Cuando no están tan sanos, los Nueves convierten la modestia en auto-ocultación. Comienzan a unirse ciegamente con los deseos de otros y desempeñar los papeles que su ambiente requiere. En el proceso, borran sus propias necesidades, prioridades y ambiciones, ocultando sus opiniones y preferencias para mantener una aparente paz. La mayoría de los Nueves se ausenta de su propia vida, sin embargo, mientras más pasivos, se vuelven más desenfocados y ambivalentes.
Los Nueves menos sanos tienden a ver todos los lados de una situación e identificarse igualmente con cada perspectiva externa. Se enfocan en los detalles absurdos o inaplicables y pierden el panorama más amplio o, a menudo se olvidan del propósito original de una tarea. Pueden ser externamente responsables pero con un bajo rendimiento, complicando obsesivamente tareas sencillas a la vez que reducen al mínimo las consecuencias de no conseguir que se hagan las cosas más importantes. El entrar en círculos los releva de la necesidad de tomar decisiones y elecciones personales, tomar la responsabilidad por tener un “yo” que piensan podría llegar a ser rechazado por otros.
Los Nueves tienen a menudo problemas para decir públicamente no, pero de todas formas lo expresarán, normalmente a través de la obstinación silenciosa y la agresión pasiva. Los Nueves normalmente culpan a otros, ya sea explícita o indirectamente, de la vida que sienten que no pueden realmente tener. Ahí, en el fondo, se encuentra la ira, un nihilismo comprimido en la mayoría de los Nueves enfermos. Han perdido el interés en su vida y no ven razón alguna para despertarse a sí mismos para jugar aquello que están convencidos es un juego vacío e infructuoso.
Es su estado más deteriorado, los Nueves puede hundirse en un depresivo auto-abandono y un tipo de olvido perezoso que es una imitación de la muerte. Pueden ser apáticos, limitados por el habito, callosos o entumecidos. Podrían hablar continuamente sobre lo que saben que deben hacer pero después nunca incomodarse para hacerlo. Podrían intentar evitar el conflicto pero accidentalmente provocarlo por estallidos de áspera disociación. Podrían ser desordenados, caóticos o entorpecidos y ofrecer retorcidas y malformadas razones para su irresponsabilidad.
Los Nueves profundamente enfermos puede hacer un gran daño a los demás a través del abandono, de la ruptura de compromisos y la conducta pasivo-agresiva a la vez que creen obstinadamente que sus acciones no tienen ninguna consecuencia. La adicción a las drogas y el alcohol pueden ser también problemas en esta etapa.

2DO. ENEAGRAMA

El Eneagrama 2
Los nueve tipos de personalidad



Cada tipo tiene asignado un número del 1 al 9. ¿Porqué ocupar un número y no una palabra? Por una simple razón, cada tipo tiene muchas características que no se pueden resumir en una sola palabra. A continuación trataré de describir en parte cada tipo.
Tipo Uno: El Reformador (maestro, activista, cruzado, moralista, perfeccionista, organizador) El tipo idealista de sólidos principios. Las personas tipo Uno son éticas y concienzudas, poseen un fuerte sentido del bien y del mal. Son profesores y cruzados, se esfuerzan siempre por mejorar las cosas, pero temen cometer errores. Bien organizados, ordenados y meticulosos, tratan de mantener valores elevados, pero pueden resultar críticos y perfeccionistas. Normalmente tienen problemas de rabia e impaciencia reprimidas. En su mejor aspecto, el Uno sano es sabio, perspectivo, realista y noble, a la vez que moralmente heroico.
  • Miedo básico: Ser "malo", defectuoso, perverso, corrupto.
  • Deseo básico: Ser bueno, virtuoso, equilibrado, íntegro.
  • Mensaje del superyó: "Vales o eres bueno si haces lo correcto".
Tipo Dos: El Ayudador (altruista, amante, celador, complaciente, permisor, amigo especial) El tipo preocupado, orientado a los demás. Los Dos son comprensivos, sinceros y bondadosos; son amistosos, generosos y abnegados, pero también pueden ser sentimentales, aduladores y obsequiosos. Desean intimar con los demás y suelen hacer cosas por ellos para sentirse necesitados. Por lo general tienen problemas para cuidar de sí mismos y reconocer sus propias necesidades. En su mejor aspecto, el Dos sano es generoso, altruista y siente un amor incondicional por sí mismos y por los demás.
  • Miedo básico: No ser amado ni deseado.
  • Deseo básico: Sentirse amado.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien si eres amado por los demás y eres amigos de ellos".
Tipo Tres: El Triunfador (motivador, modelo, dechado, comunicador, buscador de status, "el mejor") El tipo adaptable y orientado al éxito. Las personas tipo Tres son seguras de sí mismas, atractivas y encantadoras. Ambiciosas, competentes y enérgicas, también pueden ser conscientes de su posición y estar muy motivadas por el progreso personal. Suelen preocuparse por su imagen y por lo que los demás piensan de ellas. Normalmente tienen problemas de adicción al trabajo y de competitividad. En su mejor aspecto, el Tres sano se acepta a sí mismo, es auténtico, es todo lo que aparenta ser, un modelo que inspira a otras personas.
  • Miedo básico: No valer, no tener ningún valor aparte de sus logros.
  • Deseo básico: Sentirse valioso, aceptado y deseable.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien si tienes éxito y los demás piensan bien de ti".
Tipo Cuatro: El Individualista (artista, romántico, melancólico, esteta, víctima trágica, especial) El tipo romántico e introspectivo. Los tipo Cuatro son conscientes de sí mismos, sensibles, reservados y callados. Son demostrativos, sinceros y personales emocionalmente, pero también pueden ser caprichosos y tímidos. Se ocultan de los demás porque se sienten vulnerables o defectuosos, pero también pueden sentirse desdeñosos y ajenos a las formas normales de vivir. Normalmente tienen problemas de autocomplacencia y autocompasión. En su mejor aspecto, los tipos Cuatro sanos son inspirados y muy creativos, capaces de renovarse y transformar sus experiencias.
  • Miedo básico: No tener identidad ni importancia personal.
  • Deseo básico: Descubrirse a sí mismo y su importancia: crearse una identidad a partir de su experiencia interior.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien si eres fiel a ti mismo".
Tipo Cinco: El Investigador (pensador, innovador, observador, especialista, radical, experto) El tipo vehemente y cerebral. Los cinco son despabilados, perspicaces y curiosos. Son capaces de concentrarse y enfocar la atención en desarrollar ideas y habilidades complejas. Independientes e innovadores, es posible que se obsesionen con sus pensamientos y elaboraciones imaginarias. Se desligan de las cosas, pero son muy nerviosos y vehementes. Por lo general tienen problemas de aislamiento, excentricidad y nihilismo. En su mejor aspecto, el Cinco sano es pionero visionario, suele estar en la vanguardia y es capaz de ver el mundo de un modo totalmente nuevo.
  • Miedo básico: Ser impotente, inútil, incapaz (abrumado).
  • Deseo básico: Ser capaz y competente.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien si eres experto en algo".
Tipo Seis: El Leal (guardián, fiel creyente, escéptico, apagafuegos, tradicionalista, incondicional) El tipo comprometido, orientado a la seguridad. Las personas tipo Seis son dignas de confianza, trabajadoras y responsables, pero también pueden adoptar una actitud defensiva, ser evasivas y muy nerviosas; trabajan hasta estresarse al mismo tiempo se quejan de ello. Suelen ser cautelosas e indecisas, aunque también reactivas, desafiantes y rebeldes. Normalmente tienen problemas de inseguridad y desconfianza. En su mejor aspecto, los Seis sanos son estables interiormente, seguros de sí mismos, independientes, y apoyan con valentía a los débiles e incapaces.
  • Miedo básico: No tener apoyo ni orientación; ser incapaz de sobrevivir solo.
  • Deseo básico: Encontrar seguridad y apoyo.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien si haces lo que se espera de ti".
Tipo Siete: El Entusiasta (generalista, multitareas, niño prodigio, diletante, entendido, estimulador) El tipo productivo y ajetreado. Los Siete son versátiles, optimistas y espontáneos; juguetones, animosos y prácticos, también podrían abarcar demasiado, ser desorganizados e indisciplinados. Constantemente buscan experiencias nuevas y estimulantes, pero la actividad continuada los aturde y agota. Por lo general tienen problemas de superficialidad e impulsividad. En su mejor estado, los Siete sanos centran sus dotes en objetivos dignos, son alegres, muy capacitados y muy agradecidos.
  • Miedo básico: Verme despojado de todo y atrapado en el sufrimiento.
  • Deseo básico: Estar feliz, contento, encontrar satisfacción.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien si obtienes lo que necesitas".
Tipo Ocho: El Desafiador (líder, protector, proveedor, empresario, inconformista, roca) El tipo poderoso y dominante. Las personas tipo Ocho son seguras de sí mismas, fuertes y capaces de imponerse. Protectoras, ingeniosas y decididas, también resultan orgullosas y dominantes, piensan que deben estar al mando de su entorno y suelen volverse retadoras e intimidadoras. Normalmente tienen problemas para intimar con los demás. En su mejor aspecto, los Ocho sanos se controlan, usan su fuerza para mejorar la vida de otras personas, volviéndose heroicos, magnánimos y a veces históricamente grandiosos.
  • Miedo básico: Ser herido o dominado por otros; a la violación.
  • Deseo básico: Protegerse, decidir su camino en la vida.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien si eres fuerte y estás al mando de la situación".
Tipo Nueve: El Pacificador (senador, optimista, reconciliador, consolador, utópico, nadie especial) El tipo acomodadizo, humilde. Los tipos Nueve son conformistas, confiados y estables. Son afables, bondadosos, se acomodan con facilidad y ofrecen apoyo, pero también pueden estar demasiado dispuestos a transigir con los demás para mantener la paz. Desean que todo vaya sobre ruedas, sin conflictos, pero tienden a ser complacientes y a minimizar cualquier cosa inquietante. Normalmente tienen problemas de pasividad y tozudez. En su mejor aspecto, los Nueve sanos son indómitos y abarcadores; son capaces de unir a las personas y solucionar conflictos.
  • Miedo básico: De pérdida y separación; de aniquilamiento.
  • Deseo básico: Mantener la estabilidad interior y la paz mental.
  • Mensaje del superyó: "Vales o estás bien mientras los que te rodean sean buenos y están bien".

EJERCICIOS DE ATENCIÓN

EL EJERCICIO DEL RELOJ 
 



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Observando el Reloj
Propósito:  Descubrir e investigar el estado actual de nuestra atención.
Materiales: Un reloj (de preferencia con un segundero), y entre 1 a 5 minutos de su tiempo.
Ejercicio:
Coloque su atención en el segundero de un reloj por un minuto. Mantenga la atención ahí durante el minuto entero sin permitir que la atención se vaya.
Descanse.
"Usando tu aparato visual normal, es decir, los ojos, sigue tan intensamente como sea posible el movimiento del segundero de un reloj o un Atencionador, si es que lo tienes, intentando a la vez percibir tu presencia dentro de la máquina, incluyendo los sonidos, olores, temperatura, humedad y ambiente general del entorno; al mismo tiempo llegando a estar agudamente consciente de las sensaciones constantemente cambiantes de la piel de la máquina biológica humana, de las sensaciones de los órganos internos, de las sensaciones resultantes de los pensamientos que pasan por el aparato mental y de las emociones que acaso se estén produciendo actualmente en la máquina.
Todo esto, mientras que la atención está intensamente arraigada en el rápido e inexorable movimiento del segundero cuando se mueve por la esfera del reloj."
"En otras palabras, si vemos el segundero de un reloj por un minuto, lo que estaremos tratando de hacer en un principio es manteniendo la atención sin que se vaya del segundero. ¡Nos sorprenderá lo difícil que es esto! Sesenta segundos de simple presencia son muy difíciles, y eso que ni siquiera es presencia 'invocada'.  Y tampoco estamos hablando aquí de la conciencia, si no de la percepcion simple"

G. I. GURDJIEFF

  

Nacido en la Armenia rusa, G. I. Gurdjieff buscó en las fuentes ancestrales las respuestas a las preguntas fundamentales del ser humano. Sus planteamientos constituyen un revolucionario y coherente cuerpo de ideas interrelacionadas, que guían al auténtico buscador por el camino de la evolución consciente. Figura mística y polémica, el "Tigre de Turkestán" dejó un poderoso legado orientado al despertar de las conciencias dormidas. Esta tradición, compleja y rigurosa, tiene seguidores y detractores en todo el mundo.

Nace un mito

Giorgios Giorgiades, nombre con el que fue bautizado Gurdjieff, nació, según estudiosos, en el barrio griego de Alexandropol, Armenia, aproximadamente en 1866. Otros consignan 1872, 1873 o el 28 de septiembre de 1877. Asimismo, y debido a que los rusos conquistaron su ciudad natal durante la guerra ruso-turca, hoy es casi imposible determinar su nacionalidad. Su madre era Armenia, y su padre, Ioannas Giorgiades, de origen griego. Dueño de numerosos ganado, Ioannas pastoreaba por obligación y cantaba por elección. Había heredado, como ashokh (bardo y poeta), un amplio repertorio de mitos y leyendas folclóricas que contaba a su familia en las crudas noches de invierno. En el Gurdjieff niño, quedo la huella indeleble de los cuentos de Mullah Nasser Eddin, sabio folclórico turco que trastocaba la realidad con historias hilarantes y pedagógicas. La vida en Transcaucasia era ruda y difícil, por eso Gurdjieff fue criado espartanamente por su padre. El pequeño debía salir al patio, en invierno, de madrugada, para lavarse al aire libre y correr desnudo hasta que el sueño se disipara por completo. Giorgiades tenia 7 años cuando una plaga que azotó la región exterminó el ganado, enfrentando a la familia a una nueva vida llena de necesidades. Con una calma ancestral, el padre se adaptó a las circunstancias e instalo una bodega de madera. La situación se complicó aún más cuando los ejércitos rusos pasaron por la ciudad a raíz de la guerra contra el sultán Abdul. En medio de este panorama, Gurdjieff crecía con la convicción de ser único y diferente, quizá por la influencia de su abuela que en el lecho de muerte lo incito a ser un renovador: " Tú, el mayor de mis nietos. ¡Escucha... y acuérdate siempre de mi última voluntad: en la vida, jamas hagas nada como los demás! O bien no hagas nada en absoluto - ve solamente a la escuela -, o bien haz algo que nadie hace ", recuerda Gurdjieff en Relatos de Belcebú. Pensando en mejorar la vida de sus numerosos hijos, Ioannas los trasladó a la población montañosa de Kars, donde formó un pequeño taller de carpintería. La ciudad estaba habitada por una amplia gama de nacionalidades: aisores, tártaros, karapakas, yezidas. Alucinado, Gurdjieff aprendía de todas estas raíces y costumbres.

El despertar

Curioso y de notable inteligencia, el niño dominaba ya varios idiomas: turco, armenio, ruso y griego. Fue enviado a la escuela municipal rusa y quizá no habría pasado por allí si no fuera porque llamó la atención del padre Borsh, un alto dignatario de la Iglesia ortodoxa rusa quien, a pesar de su rango, vivía con modestia y ayudaba a los pobres. Hombre inquieto, tocaba el violín y era apasionado de la astronomía, la química y la cultura asiria. En 1879, la familia decidió que Giorgiades sería sacerdote o médico, el padre Borsh se hizo cargo -junto a los diáconos militares- de su entrenamiento: matemáticas, química, astronomía, historia, teología, anatomía y fisiología. La sed de Gurdjieff era inmensa. Leía todo lo que caía en sus manos, cuestionaba, preguntaba y ponía en jaque a los maestros. El padre Borsh dedicaba mucho tiempo a conversar sobre "las leyes de la vida" con este joven en el que reconocía aptitudes intelectuales excepcionales. En esta época, Gurdjieff sobrevivía como la mayoría de los niños y jóvenes de Kars: con pequeños hurtos. Y aprendía de su tío, Giorgi Mercourov, a reparar máquinas y bordar almohadones. Al mismo tiempo, tomaba contacto con lo "mágico", a través de experiencias paranormales que exacerbaron su interés por comprender lo que estaba mas allá de lo cotidiano.

La búsqueda

A los 17 años, viaja a Tiflis para emplearse en el ferrocarril. Allí conoce a sus primeros compañeros en la búsqueda de conocimientos ocultistas: el seminarista Sarkis Pogossian y un vendedor de libros llamado Abram Yelov. Los tres se mezclan con una ciudad poco escrupulosa en materia de moral y se ganan la vida con ciertos contratos poco claros. Gurdjieff sentía "un 'impulso irresistible' por comprender claramente la precisa significación, en general, del proceso de la vida en la tierra, de las diferentes formas de criaturas y, en particular, de la finalidad de la vida humana a la luz de esta interpretación". Las interrogantes eran demasiado profundas para ser respondidas por los sistemas filosóficos y religiosos conocidos. El joven empezó a sentir el susurro de antiguas voces que quizá tendrían las respuestas. Se preguntaba si la verdad no estaría escondida en los templos ocultos de los iniciados. ¿ Existirían aun los esenios, los pitagóricos, la mítica Hermandad de Sarmung?. En 1886, los amigos encuentran la primera clave cuando escarbaban en las ruinas de Ani. Entre unos pergaminos, descubren una referencia de la "Hermandad Sarmung", que sugerían que había sido escuela de los aisores, situada "entre Urmia y Kurdistán". Gurdjieff decide viajar a esa amplia zona. Su meta es encontrar el monasterio y ser aceptado en él. Este proyecto incierto es el comienzo de una búsqueda por Transcaucasia y Asia Central protagonizada por un verdadero guerrero espiritual que después de veinte años volverá al mundo no para descansar, sino para transmitir con increíble energía todo lo aprendido en esos épicos viajes.

Senderos míticos

Alrededor de 1895 se constituye alrededor de Gurdjieff el grupo de los "Buscadores de la Verdad". Eran unos quince hombre jóvenes y una mujer: Vitvitskaia; entre ellos había expertos en arqueología, ingeniería, música, filosofía... Esta es una de las épocas más confusas de la biografía, Gurdjieff viaja incansablemente con sus amigos, regresando cada cierto tiempo a Tiflis para reponerse de exóticas enfermedades contraídas en tierras del Kurdistán, Ashkhabadian, o el Tíbet. En medio de guerras, revoluciones y luchas civiles, Gurdjieff contacta con "los más santos entre los santos de casi todas las organizaciones herméticas, de casi todas las sociedades, congregaciones, partidos, uniones, etc., religiosas, filosóficas, ocultas, políticas y místicas que eran inaccesibles para los hombres ordinarios". En ese periodo, su autorretrato lo muestra ganándose la vida como astuto empresario de las alfombras orientales, antigüedades y cloisonné chino; negociante de petróleo y arenques en vinagre; reparador de máquinas de escribir y coser; dueño de restoranes que abría y cerraba con la mayor facilidad. Y con habilidad de artista, pintaba gorriones y curaba por hipnosis a drogadictos y alcohólicos. Según rumores no confirmados, también fue agente político. Creta, Tíbet, India, Jerusalén, Egipto... Es difícil seguir su huella. En este ultimo país encontró a su mejor amigo, el príncipe ruso Yuri Liuboviedsky, con quien compartió un maravilloso descubrimiento: un mapa de "Egipto antes de las arenas". El "Tigre de Turkestán" recoge "en un sitio un símbolo; en otro, técnica y en otro, danzas". Los senderos secretos lo llevaron, entre 1898 y 1899, a algún lugar del norte de Afganistán. Con los ojos vendados, por fin fue guiado por cuatro jinetes hasta el Monasterio Sarmung, donde Gurdjieff comprendió en profundidad el significado de las Danzas Sagradas, el Eneagrama y la armonía de los números, corpus iniciático de su enseñanza futura. Este encuentro con la milenaria sabiduría oculta en las montañas es tomado por muchos como una alegoría, ya que es imposible comprobar su verdad histórica. Gurdjieff jamás dio la ubicación exacta del monasterio. En su recorrido por los centros iniciáticos, no podía faltar el Tíbet, donde estudió (alrededor de 1900) danzas rituales, medicina y técnicas psíquicas. De allí, a causa de una refriega entre tribus montañesas, vuelve gravemente herido de bala. Sufre, entonces, una profunda experiencia mística que lo lleva a asumir el sentido de responsabilidad: "Lo que a El le es posible e imposible en el dominio del gran mundo, debe serme posible e imposible en el dominio de mi pequeño mundo"; A partir de ese día intensifica su búsqueda de autodominio. Todo el "horror de la situación" de las comarcas donde estuvo, lo hace percibir al hombre en su estado de sueño profundo, sufriendo por sus pasiones y sin ningún objetivo. Y comienza a experimentar el "impulso esera " ( Relatos de Belcebú ) o amor a sus semejantes. En adelante, la compasión irá de la mano de la sabiduría y buscará el ideal del "buen egoísta". Después de un breve retorno a Alexandropol, parte hacia el Asia Central y recibe, por tercera vez, el impacto de una bala perdida, en esta ocasión como resultado de una pelea entre cosacos y gourianos. Aunque se había prometido a sí mismo no usar sus poderes psíquicos, se establece en Tashkent, capital de Turkestán, para transformarse en "Instructor Profesor" de ciencias supranaturales. Quizá lo hizo porque necesitaba tener tranquilidad económica para sintetizar el conocimiento acumulado y enseñarlo. Y también, porque los rusos europeizados eran un rico campo para estudiar de la psicología humana

Gurdjieff se revela

A principios de 1912, llegó un pasajero muy especial a Moscú. En su equipaje traía nada menos que un crisol ideológico que era "al mismo tiempo cosmología, psicología, tipología humana, crítica semántica, epistemología, cosmogónica, fenomenología de la conciencia y filosofía existencial practica". Veinte años había tomado a Gurdjieff cristalizar y organizar los fragmentos del conocimiento adquirido y se sentía listo para congregar discípulos. Y lo hizo con su particular estilo. Después de recorrer las conmocionadas calles moscovitas, recibía en las noches a la gente disfrazado de "el príncipe Orzay", con turbante y bata de seda. En esos días, conoció a la condesa Julia Osipovna Ostrowska, con quien permaneció casado hasta la muerte de ella. Poco a poco, se va formando un grupo de seguidores importantes, entre los que se destaca P.D. Ouspensky, a quien conoce en 1915. Un año antes, Gurdjieff había supervisado la primera obra literaria acerca de su enseñanza, escrita por un discípulo anónimo: Vislumbres de la verdad. Hay vientos de guerra y revolución, lo que obliga a Gurdjieff a moverse buscando una plaza segura. A fines de 1917 se traslada a Essentuki, en Cáucaso. La nueva sede del Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre seria una prueba de fuego para sus alumnos. En jornadas inacabables e intensas, practican danzas sagradas, telepatía, mediumnidad, ayunos, caminatas y famosos ejercicios del "stop" y los " brazos extendidos ". Se producen alejamientos, como el de Ouspensky, quien continua entregando el conocimiento adquirido pero en forma independiente, aunque sin perder del todo el contacto con Gurdjieff. En plena revolución, la ciudad pasaba de mano en mano y nadie tenia la vida asegurada. Como un prestidigitador, inventa una expedición en busca de dólmenes; consigue los permisos correspondientes y parte con sus alumnos en un viaje complicado y no exento de peligros, que culmina en Tiflis, capital de Georgia, todavía en manos del ejercito zarista. Allí establece por tercera vez un Instituto, en 1919; lo siguen Mme. Ostrowska, los Stjoernval y los De Hartmann y se agregan Alexandre y Jeanne de Salzmann. Pero en condiciones políticas de Georgia nuevamente lo obligan a emigrar, esta vez a Constantinopla. Ouspensky, que esta allí, le confía su propio grupo de alumnos y lo apoya por un tiempo, pero vuelve a separarse, y Gurdjieff decide aceptar una invitación de Jacques - Dalcroze para instalarse en Hellerau, cerca de Dresden. La idea de avecindarse en Alemania no prospera por litigios legales, tampoco el ofrecimiento de sus seguidores en Londres, por lo que Gurdjieff pone sus ojos en Francia. A pesar de todos estos cambios, el "Trabajo" ( término con el que se denomina a la práctica concreta de las enseñanzas gurdjieffianas ) se mantiene y el grupo continúa, ya que precisamente, el Cuarto Camino, vía evolutiva dentro de la cual se inscribe este trabajo, se desarrolla entre las tormentas de la vida cotidiana.

Los filósofos del bosque

Al comienzo, Gurdjieff arrendó una casa que compartía con sus alumnos en el distrito de Auteuil, en la cual los días transcurrían entre diálogos acerca del trabajo y la practica de las danzas. En octubre de 1922, el grupo se cambió a Fontainebleau, al sur de París, a una hermosa mansión de la aristocracia francesa. Como siempre, Gurdjieff apeló a todos los recursos para financiar el subido alquiler, alimentar a todos y enfrentar la titánica misión de levantar una nueva sede. Rodeado de bosques y magníficos jardines, este era el lugar ideal para el trabajo. Inmediatamente comienzan las tareas para adaptar la casa. Desde el amanecer hasta la noche, los seguidores preparan las salas para los ejercicios físicos y danzas sagradas, construyen el teatro, los establos y la casa de estudios. Los "filósofos del bosque", como se les denominaba en la época, suscitaban no pocos comentarios. Especialmente conflictiva fue la muerte, de tuberculosis, de la escritora Katherine Mansfield, ocurrida en Fontainebleau en 1923. Los periodistas condenan el Instituto haciéndose eco de la opinión de muchos detractores. A pesar de eso, es visitado por lo más representativo de la "inteligencia" europea. De nuevo Gurdjieff emplea la técnica del sobreesfuerzo para "despertar" la conciencia dormida y mecánica de sus discípulos. Las jornadas son agotadoras: danzas, ejercicios gimnásticos, difíciles practicas de concentración, meditaciones... El 13 de diciembre de 1923 se realiza la primera representación publica de las danzas sagradas, en el teatro de los Campos Elíseos, impresionando al sofisticado publico parisino. Aquí, una etapa de agitadas y sucesivas giras se inicia con representaciones de las danzas en Nueva York y Chicago. El éxito es estruendoso y se empieza a hablar de Gurdjieff en los periódicos de todo el mundo.

Llega Belcebú

En el verano de 1924 Gurdjieff sufre, camino a París, un accidente de automóvil casi fatal. Los médicos no dan esperanzas de vida, pero el agonizante se recupera milagrosamente, creando a su alrededor una atmósfera todavía mítica. El accidente sume a Gurdjieff en una crisis y resuelve dar rumbo distinto a su labor. Aleja a los "parásitos" con el pretexto de que se cerraría el Instituto y empieza a escribir - con la ayuda de Olga de Hartmann - su obra Relatos de Belcebú a su nieto. Desde luego, no usó el lenguaje establecido. Muy por lo contrario. Su atrevida sintaxis, disgregaciones, dislocaciones secuenciales y complicado estilo, lo hacen una obra espiritual de ficción complicada y polémica. Quizá porque, como todo lo gurdjieffano, la verdad sólo puede alcanzarse experimentando por sí mismo. Los siguientes años no son fáciles. En 1926, muere su mujer, Julia Ostrowska, de un cáncer prolongado. Las deudas de Fontainebleau son cuantiosas y la salud del maestro está muy debilitada. Se suma su desaparición por el poco nivel de desarrollo de sus discípulos. Inicia la producción de su libro - que más tarde se llevaría al cine - Encuentros con hombres notables, al mismo tiempo que facilita el alejamiento de los De Hartmann y otros seguidores, y continúa con sus viajes a Norteamérica. Finalmente, en 1933, pierde en definitiva la mansión que los albergo durante mas de una década.

Despedida ad-hoc

De regreso a París, Gurdjieff se aboca a continuar su obra literaria y a emprender varios viajes, muchas veces conflictivos. Nuevos y antiguos seguidores se agrupan en torno de él en su departamento. Gurdjieff comienza a cosechar en terreno complicado, ya que debe conjugar - pensando en el futuro - la interacción de discípulos de origen, nacionalidad y desarrollo muy disímiles. Sus habilidades comerciales le permiten sobrellevar la segunda guerra mundial sin mayores sobresaltos. Los pupilos se agrupan para compartir y aprender en un departamento atestado de gente, en el que la actividad comenzaba a mediodía, con la lectura de los escritos aún inéditos del maestro. Le seguía la comida ceremonial de media tarde. Entonces, los invitados se retiraban para regresar a la noche, continuando los diálogos y lecturas. Después de una cena tardía, se iban a las dos y media de la madrugada. En 1949, realiza su última visita a los Estados Unidos para supervisar la edición de sus libros. Ese mismo año, su salud empeora y, tras realizar la coreografía de su ultimo "movimiento" (el N° 39), se desploma y es conducido al Hospital Americano de Neuilly. Rodeado de discípulos, antes de caer en inconsciencia, les lega su ultima ironía: "¡Os dejo metidos en un lío!". Falleció en la mañana del 29 de octubre y fue sepultado en Fontainebleau, Avon, junto a su madre y su esposa. Después del solemne entierro, Jeanne de Salzmann dijo a sus discípulos: "Cuando un maestro como el señor Gurdjieff desaparece, no puede ser reemplazado".

La tradición gurdjieffiana

El sistema de Gurdjieff es un cuerpo coherente de ideas y métodos interrelacionados en el que el principal tema es el estudio de las condiciones del ser, tomado desde el punto de vista de la posibilidad de la unidad interna y la evolución consciente. No es fácil, en pocas palabras, abordar una tradición tan compleja y rigurosa. Sólo podemos limitarnos a recordar algunos de los principales "temas gurdjieffianos", con la esperanza de abrir una modesta brecha que permite entrar un rayo de luz en las conciencias dormidas. Esta no es más que una invitación a indagar más a fondo en la tradición

La Visión del Hombre

Para Gurdjieff, el hombre es un ser plural: " No hay tal yo - decía -, o más bien hay cientos, miles de pequeños ' yoes ' en cada uno de nosotros. Estamos divididos interiormente, pero no podemos reconocer la pluralidad de nuestro ser, sino a través de la observación y el estudio. En cierto momento es un ' yo ' el que actúa, al momento siguiente es otro ' yo '. No funcionamos armoniosamente debido a que nuestros ' yoes ' son contradictorios. Al nacer, el niño es "esencia", un ser con esperanza. Pero a medida que crece, pierde su "particularidad" a causa de las experiencias reales. Se va formando la personalidad, nuestra máscara o revestimiento social, que ahoga a la esencia. Aunque indispensable, la personalidad es, en la mayoría de los casos, una serie de prejuicios, posturas, sueños, modos de manipulación y neurosis, "alineados respecto de la esencia de manera arbitraria". Invadida por la legión de ' yoes ', no permite al hombre la posibilidad de desarrollar su verdadero ser.  Observación y Recuerdo La "atención", la "observación de sí " y el "recuerdo de sí mismo", permiten al hombre liberarse de las identificaciones e imaginaciones que lo mantienen sumido en un "estado de sueño hipnótico". "Sólo un hombre en el más alto estado de ser es un hombre completo. Todos los otros son meras fracciones de hombre. La ayuda exterior necesaria vendrá de maestros o del sistema que estoy siguiendo. Los puntos de partida de esta observación de sí son: 1) Que no somos uno. 2) Que no tenemos control sobre nosotros mismos. No controlamos nuestro propio mecanismo. 3) No nos recordamos a nosotros mismos. Si digo: 'Yo estoy leyendo un libro' y no me doy cuenta de que 'yo' estoy leyendo, eso es una cosa, pero cuando estoy consciente que 'yo' estoy leyendo, eso es recuerdo de sí".

Los Centros de la Máquina Humana

El hombre es una compleja máquina que " ingiere impresiones y excreta conductas " y se alimenta de comida, aire e impresiones sensibles para impulsar cinco "cerebros" o "centros" que actúan en forma independiente: intelectual, emocional, motor, instintivo y sexual. Cada uno cumple sus funciones sin considerar a los otros, por lo cual la maquina humana inconsciente es ineficiente y esta atrapada en la "mecanicidad". Los tres centros básicos ( intelectual, emocional e instintivo - motor ) determinan la tipología gurdjieffiana del ser humano sin desarrollo de conciencia, según cual de ellos es dominante en cada persona: "Hombre número uno", motor; "Hombre número dos", emocional; "Hombre numero tres", intelectual. Aunque creemos que tenemos una sola "mente", en realidad cada uno de los centros tiene una propia. Y esta categorización se complejiza aún más debido a que, a su vez, cada uno de los centros tiene sus propias divisiones. La debida "atención", lograda con esfuerzo y voluntad, nos permite darnos cuenta en que centro estamos funcionando y emprender el camino del desarrollo armónico y simultaneo de cuerpo, emoción e intelecto. La "detención interior" de pensamientos es uno de los ejercicios para el "recuerdo de sí" que lleva a la comprensión de este proceso.

Estados de Conciencia

Para explicar qué es un ser más elevado, Gurdjieff habló de diferentes etapas que puede vivir un ser humano: "Hay varios estados de conciencia: 1) El sueño, en el cual nuestra maquina sigue funcionando a presión muy baja. 2) El estado despierto, en el cual estamos en este momento. Estos dos estados son los únicos que conoce el hombre corriente. 3) Lo que se llama conciencia de sí. Es el momento en que un hombre se da cuenta tanto de sí mismo, como de su máquina. Lo tenemos por destellos, pero solamente por destellos. Hay momentos en los que se da cuenta usted no sólo de lo que está haciendo sino también de usted mismo haciéndolo. Usted puede ver tanto el 'yo' como el aquí de 'yo estoy aquí', tanto el enojo como el 'yo' que está enojado. Llame a esto recuerdo de sí, si gusta. Ahora, cuando usted se da cuenta completa y constantemente del 'yo' y de lo que esta haciendo, y de cuál 'yo' se trata, usted se vuelve consciente de sí mismo. La conciencia de sí es el tercer estado. Este es un punto cumbre, ya que sólo a partir de este tercer estado el hombre es capaz de desarrollar su esencia y llegar a ser un hombre N° 4, equilibrado y cabal. Entonces tendrá la posibilidad de construir su alma y sus otros cuerpos ( hombres del N° 5 al 7 ), para cumplir con los destinos superiores de la evolución cósmica, a través del acceso a un estado llamado "Conciencia Objetiva".

El Eneagrama

Uno de los símbolos que Gurdjieff rescató de las enseñanzas orientales milenarias fue el Eneagrama o figura de nueve lados. En este modelo dinámico, se sintetiza, a niveles macro y microcósmicos, sus Leyes de Tres y de Siete. En las Danzas Sagradas, manifestó en movimientos la evolución de este símbolo universal.   ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ El legado de los " idiotas " Siempre rodeado de gente, Gurdjieff tenía con sus discípulos una relación intensa, y muchas veces, dramática. Con una mirada, el maestro desnudaba psicológicamente a sus alumnos y los sorprendía en toda su verdad. Ouspensky recuerda que "acercársele era siempre una prueba". Exigente, pero a la vez generoso y protector, Gurdjieff obligaba a quienes lo seguían a adaptarse a una disciplina que a ratos parecía incoherente. Pero para ellos, este poderosos maestro espiritual constituía la única esperanza de desarrollo y liberación. Él era el contacto viviente con las fuentes ancestrales de la sabiduría y su notable inteligencia los guiaba por caminos prácticos donde nada puede ser entendido si no se experimenta por sí mismo. Es justo rendir un homenaje a todos esos "idiotas" ( en el lenguaje gurdjieffiano, no significa "estúpido", sino simplemente "lo propio" ) que no sólo siguieron a Gurdjieff por los intrincados caminos de una vida insegura y aventurera. Gracias a sus esfuerzos por registrar en forma escrita la enseñanza, mucho de la tradición oral del maestro a podido llegar hasta nosotros. P.D.Ouspensky, es el más conocido porque divulgó el sistema, por medio de escritos y grupos propios, en Inglaterra y Norteamérica. Uno de los mitos de la tradición Gurdjieffiana es precisamente la relación - bastante conflictiva - entre Ouspensky y su maestro. En su legendaria obra "En busca de lo Milagroso: Fragmentos de una Enseñanza Desconocida", consiguió capturar en forma magistral el sistema de ideas interconectadas que quizá fueron explicadas sólo para sus propios oídos. Thomas y Olga de Hartmann. El compositor Thomas de Hartmann trabajo arduamente con Gurdjieff para registrar las pautas musicales de los "Movimientos". Su esposa Olga jugó, al lado del editor Alfred Orage, un rol notable en la publicación de las obras de Gurdjieff. Jeanne de Salzmann. Coreógrafa y bailarina, gracias a ella se preservaron las Danzas Sagradas. Después de la muerte de Gurdjieff, siguiendo sus instrucciones, impulso en varios países la creación de las Fundaciones y Sociedades Gurdjieff. El cuarto camino Existen cuatro caminos para el trabajo sobre sí: · El Camino del Faquir, el Primero, pone énfasis en el trabajo del cuerpo. · El Camino del Monje, el Segundo, en las emociones. · El Camino del Yogui, el Tercero, en el intelecto. · Y el Cuarto Camino, que es el de Gurdjieff, trabaja simultáneamente sobre los tres centros. Cada uno de estos cuatro caminos tiene sus propias dificultades, pero la peculiaridad del Cuarto es que el ser humano debe trabajar desde las circunstancias variables de la vida. El discípulo no tiene aquí posibilidades de esconderse en una montaña a meditar. Debe lidiar con las cambiantes condiciones externas, manteniendo el sentido y el sentimiento de trabajo y practicando la no identificación en medio de los sucesos y desdichas cotidianos.