jueves, 25 de febrero de 2010

Miguel de Unamuno

Se habla de nuestro espíritu reaccionario, cuando debía llamársele más bien conservador, en el mejor sentido. Queremos progresar al paso de la naturaleza, con calma, acomodando lo político a lo social. En el fondo del carlismo vascongado hubo siempre un soplo socialista; vislumbraba que se ha ahogado la libertad social bajo la política. Me decía una vez Pablo Iglesias que a nadie era más difícil de ganar al socialismo que al vascongado, pero que una vez dentro de él, era de los convencidos y de los sólidos, sin impaciencia ni desmayos.

Es antigua en el pueblo vasco la pretensión de nobleza, originada del aislamiento en que vivió. Para el aldeano vasco no hay más que una distinción entre las gentes; que se incluyen todas las hablas que no sean vascuences. Y respecto a pretensiones de hidalguía, basta leer lo que a Don Quijote dijo Sancho de Aspeitia. Pues nosotros, los vascos, no datamos. Y Tirso de Molina hizo decir a don Diego de Haro que así era.

Biografía de Miguel de Unamuno:

Nació en Bilbao, el 29 de septiembre de 1864, siendo su nombre completo, Miguel de Unamuno y Jugo. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, con la tesis titulada “Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vazca” (1884).

LA LIBERTAD DE CONCIENCIA EN MIGUEL DE UNAMUNO


“Vencer no es convencer” fueron las últimas palabras públicas

Pronunciadas el Día de la Raza, 12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, por el rector Miguel de Unamuno.

1 Frente a la arrogancia militar del General Millán-Astrial,

2 su protesta se puede contemplar como la cumbre de la defensa valiente de la libertad de conciencia por un académico contra la fuerza del despotismo.

3¿Qué quiso decir Unamuno? Una sucesión de escritos desde sus años juveniles hasta su muerte en su “cárcel desdichosa” (Cancionero, 1754)

4 nos ofrece la clave respecto a lo que Unamuno mismo pronunció ese día en plena
Guerra “incivil” española.

5 Al lado de sus palabras, buscamos al “hombre de carne y hueso”, según manifiesta en el Sentimiento trágico (1999: Cap. 1). En nuestra investigación de las reflexiones de Unamuno sobre la vida y la verdad, la religión y la ideología, la conciencia y la autoridad, perseguimos esa inteligencia viva e inquisidora con la cual escribió, discutió y actuó. Por tanto, Unamuno (1864-1936) había sido nombrado Rector de la Universidad de Salamanca, España, por primera vez en 1901. Aunque dedicado a las letras, siempre sintió el deber de pronunciarse sobre temas sociales, religiosos y políticos. Así fue destituido en 1914 por su postura crítica frente a la Primera Guerra Mundial. De vuelta como vicerrector en 1921, sus expresiones negativas hacia la dictadura de Primo de Rivera le merecieron el exilio en 1924 a la isla de Fuente ventura (Canarias). Proclamó la II República en Salamanca en 1931, siendo nombrado Rector por el nuevo gobierno y Rector vitalicio en 1933. En 1936 fue primero destituido por el
Lado republicano (o rojo) y después por el lado fascista (o azul). Cfr. El resentimiento trágico de la vida (1991:35-41).

A continuación, un trozo de los mejores poemas de Miguel de Unamuno:



¡Dime qué dices, mar!

¿Por qué esos lirios que los hielos matan?

¿Qué es tu vida, alma mía?

A mi buitre

Al amor de la lumbre

Castilla

De vuelta a casa

Dolor común

Dormirse en el olvido del recuerdo...

En horas de insomnio

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